lunes, 14 de julio de 2014

Tarta Sacher.



La tarta Sacher, en alemán Sachertorte, es una tarta de chocolate típica de Austria inventada en 1832 por Franz Sacher. En ese momento tan sólo tenía dieciséis años, era ayudante de cocina y fue el azar quien quiso que el jefe de cocina enfermara y él se tuviera que encargar del postre nada más y nada menos que para deleitar a un selecto grupo de invitados del príncipe Klemens Wenzel von Metternich. Así surgió esta tan aclamada tarta.

Motivo de controversia, por la popularidad del dulce, fue la propiedad de la receta. Cuentan que una vez, un pastelero de Viena reclamó al hotel la propiedad de la receta y tras siete años de tribunales el juez dictó sentencia a favor del Hotel Sacher, que hoy en día sigue operativo si queréis degustar tan tradicional postre.

Ingredientes:

(Para el bizcocho)

130gr de chocolate negro
130gr de mantequilla
130gr de harina
14gr de polvo de hornear
Esencia de vainilla
Una pizca de sal
200gr de azúcar
6 huevos

(Para la cobertura y relleno)

450gr de mermelada de albaricoque

200gr de azúcar
120ml de agua
300gr de chocolate negro
80 de mantequilla

Procedimiento:

Derretimos el chocolate del bizcocho en un bol al baño maría y cuando esté derretido por completo añadimos la mantequilla en pedacitos pequeños para que sea más fácil fundirla.

Apartamos del fuego dejando templar un poco y poco a poco añadimos las yemas que previamente habremos separado de las claras. Las incorporamos de una en una y rápidamente para que no se cuajen. Dejamos esta mezcla a un lado para que se vaya atemperando.

Ponemos en un recipiente amplio las claras con el azúcar y las batimos hasta que esponjen pero no se llegarán a montar del todo, tienen que quedar muy esponjosas. Cuando estén listas vamos incorporando la mezcla del chocolate que teníamos poco a poco y mezclando siempre de abajo a arriba con movimientos suaves y envolventes para no perder la esponjosidad.

Con un colador para ayudarnos ponemos dentro de él la harina, la pizca de sal y la levadura química y vamos tamizando este polvo poco a poco sobre la mezcla con la que estábamos trabajando. Tiene que hacerse poco a poco y del mismo modo que antes, con movimientos envolventes (yo me ayudo siempre con una lengua de silicona). Cuando esto esté listo lo vertemos sobre el molde que habremos encamisado con mantequilla y harina y le damos unos golpes sobre la mesa de trabajo para evitar que queden burbujas.

Metemos nuestro bizcocho al horno precalentado a 180º y lo dejamos unos 40’ a esta misma temperatura. Puede depender de la potencia de cada electrodoméstico. En mi caso a los 30’ ya está listo pero puede ser que necesitéis más de 40. El truco está en abrir cuando parezca que está cuajado y meter un palillo largo y que no salga manchado. No dejéis que esté en exceso porque se resecará y estamos buscando todo lo contrario.

Dejad  templar el bizcocho. Cuando esté tibio igualaremos con un cuchillo de sierra la parte superior dejándolo plano y cortaremos el bizcocho en dos mitades idénticas (yo me ayudo de un cortador de repostería especial).

Cogemos la mitad inferior y la reservamos en un plato. Tratad el bizcocho con cuidado porque es sumamente frágil. La mitad superior del bizcocho será la base. La ponemos en el mismo molde donde lo hemos horneado y vertemos encima la mermelada reservando en un vaso tres cucharadas que usaremos enseguida. Repartimos la mermelada por la base de bizcocho con el dorso de una cuchara y colocamos encima la otra mitad del bizcocho a modo de tapadera. Mezclamos las tres cucharadas de mermelada con un poquito de agua y lo calentamos treinta segundos en el microondas para que se mezcle. Con el resultado bañamos el bizcocho por la superficie con un pincel de silicona si es posible. La idea es que se emborrache el bizcocho y quede más jugoso todavía.

Metemos la tarta a la nevera para que reposen los sabores. Yo la dejo de un día para el otro bien cubierto el molde con papel transparente. A la mañana siguiente ponemos en un cazo los 120ml de agua con los 200gr de azúcar y lo ponemos a calentar hasta que se disuelva el azúcar. Incorporamos los 300gr de chocolate sin que llegue a hervir porque se quemaría. Cuando esté disuelto añadimos la mantequilla una vez fuera del fuego.

Sacamos la tarta de la nevera y quitamos el molde para que quede al descubierto el pastel. Lo colocamos en un sitio donde luego nos sea fácil recuperar el chocolate que caiga al bañarla (lo mejor es usar una rejilla y una fuente de cristal debajo). Echamos la cobertura proyectándola justo en el centro y sin mover el punto de caída. Vamos dejando que la mezcla cubra el pastel y rebose cayendo por los lados y cubriéndolos también. Dejamos la tarta en la nevera para que cuaje el chocolate unos cinco minutos. El chocolate que ha sobrado lo vamos a usar para la decoración. Hacemos un cono con papel de horno y metemos un poco de chocolate dentro, cortamos la punta a un tamaño donde la caligrafía no sea ni muy gruesa ni muy fina y dibujamos sobre la tarta “Sacher” o lo que cada uno quiera. Hacemos unas cuantas filigranas o la decoración artística que prefiráis, que fluya vuestra vena Picassiana.

Os aseguro que es el pastel más bueno que vais a probar. En mi casa vuela cada vez que se hace y es un postre digno de una pastelería de categoría que no dejará indiferente a nadie. Animaos y en cualquier velada, con amigos o familia, será el dulce que remate una excelente comida.

Se puede acompañar con cualquier vino dulce y en la presentación podéis poner un poco de nata montada a un lado, que sería la presentación original.





sábado, 8 de marzo de 2014

MORCILLO DE TERNERA AL VINO TINTO
Ingredientes para 4 personas.
1 kilo de morcillo de  ternera
3 zanahorias, 2 cebollas grandes, 2 ajos, 4 tomates maduros.
1/2 litro de vino tinto, 1/2 litro de caldo de carne.
2  hojas de laurel, una ramita de tomillo, harina, sal y pimienta.
Elaboración.
Limpiar y cortar la carne en trozos. Pelar y picar las cebollas, las zanahorias y los ajos. Escaldar los tomates para pelarlos, y una vez pelados, picarlos. 
Calentamos el aceite en una cazuela y echamos la carne ligeramente enharinada y  sazonada con sal y pimienta. Cuando esté  dorada la retiramos y reservamos.
En el aceite de freír la carne, pochamos la cebolla, la zanahoria y los ajos durante unos minutos. Acto seguido añadiremos la carne y el tomate, sofreímos unos minutos y cubrimos con el caldo y el vino. Añadimos el laurel y el tomillo y dejamos cocer a fuego lento durante un par de horas (hasta que esté la carne tierna).
Notas: si hace falta, podemos añadirle más  caldo de carne. Trituramos el caldo con las verduras para hacer la salsa y si queda muy espesa, le añadimos un poco de caldo, por el contrario si queremos espesarla, podemos hacerlo con un roux o simplemente con Maizena diluida en agua fría. Si queremos “alargar” el guiso podemos añadir en el último momento unas patatas fritas.
Por supuesto que el mejor acompañante  para este guiso es un buen vino tinto

Potaje con borrajas y albóndigas de bacalao.


Potaje de vigilia con albóndigas de bacalao y borraja (4 raciones) 

400 gr de garbanzos
400 gr de bacalao
700 gr de borraja limpia.
2 cebollas grandes
2 zanahorias
2 dientes de ajo
2 huevos cocidos
1 huevo fresco
1 cucharilla de pimentón dulce.
Miga de pan, leche, harina, laurel, perejil, sal y pimienta.

El bacalao lo pondremos a desalar el tiempo necesario según su grosor (si es fino con 24 horas es suficiente y si son lomos gruesos, como mínimo dos o tres días, cambiando el agua varias veces al día en ambos casos). Los garbanzos los ponemos la noche anterior a remojo. Al día siguiente ponemos una olla con agua (suficiente para cubrir los garbanzos un par de dedos) sal, una cebolla, dos zanahorias y una hoja de laurel. Cuando rompa el hervor añadimos los garbanzos y los cocemos hasta que estén en su punto. Ahora añadimos también la borraja limpia y troceada a nuestro gusto, dejamos cocer quince minutos. Añadimos el bacalao y lo dejamos cocer apenas dos minutos, lo sacamos, desespinamos, quitamos la piel y lo picamos. Hacemos las albóndigas de bacalao con miga de pan remojada en leche y escurrida, ajo y perejil picado, las freímos y las incorporamos al guiso. En una sartén ponemos aceite, añadimos los ajos y la cebolla, ambos picados, sofreímos hasta ablandar, añadimos el pimentón e incorporamos a los garbanzos. Dejamos cocer otros 5 minutos. Añadimos el huevo duro troceado y damos un hervor meneando la cazuela para que se espese el guiso. Notas: Si reposa un rato esta mucho mejor e incluso de un día para otro pero hay que calcular que no se quede demasiado seco. Para hacer las albóndigas podéis sustituir la miga de pan remojada en leche por pan rallado. Para cocer los garbanzos podemos usar la olla rápida.

sábado, 27 de abril de 2013

Si, ya se que tengo el Blog abandonado pero como ya sabéis, tras cerrarnos RADIO MONEGROS Patricia Puértolas y todos los colaboradores, hemos emprendido una nueva aventura informativa de la Comarca de Los Monegros.Os adjunto el enlace de le página y os animo a participar. En la pestaña "CON PROPIEDAD" y en el apatado LA RECOCINA, podéis seguir viendo mis artículos y recetas. http://www.desdemonegros.com/

lunes, 3 de diciembre de 2012

CUCHARA DE PALO

El padre de Sergio Dos Santos nos ha regalado esta magnífica "cubertería" de madera de bog. Es un artesano muy competente y como podéis ver sus trabajos son de una calidad muy buena. Gracias.

sábado, 1 de diciembre de 2012

JUDIAS CON ALMEJAS

JUDIAS CON ALMEJAS Ayer hubo mercado ecológico y aproveché para comprarle a mi amigo Félix Ballarín unas judías que cultiva en Sariñena. Son de excelente calidad, pequeñas, suaves y apenas tienen pellejo. Primero hay que poner la noche anterior las judías en remojo con agua fría. Recomiendo también lavar las almejas, dejarlas sumergidas en agua salada durante media hora para que suelten la arena y cocerlas separadamente para evitar que si hay una en mal estado, nos arruine el guiso. Ingredientes 500 gr. de judías 500 gr. de almejas Una cebolla, tres dientes de ajo, un pimiento verde, medio rojo, dos tomates maduros una hoja de laurel, aceite virgen extra y sal. Procedimiento: Poner las judías en agua fría con sal y un chorrito de aceite junto a media cebolla, la hoja de laurel y dos dientes de ajo cocer a fuego lento y reservar en el caldo de su cocción Picar los pimientos la media cebolla, el ajo y los tomates pelados hacer un sofrito con aceite de oliva y reservar. Abrir las almejas al vapor y reservar el caldo resultante. Añadir el sofrito, las almejas y su caldo perfectamente colado a las judías teniendo en cuenta que quitaremos o dejaremos caldo según nuestro gusto. Corregimos el punto de sal y coceremos todo durante cinco minutos para aunar los sabores.